Quienes hollamos las calles de Toledo hemos recibido de nuestros antepasados una herencia que no podemos sino admirar, aunque a veces nos abrume su grandeza. El abnegado esfuerzo de muchos dio frutos en forma de novelas, lienzos, piedras labradas, tradiciones orales…

Nuestro deber es continuar tan noble labor y no servirnos de ella sin aportar nada nuevo. También hay otra razón insoslayable: el amor, quiérese decir, el amor por Toledo. Todo aquello con lo que podamos contribuir para ensalzar el “dulce nombre de Toledo" no es más que una necesidad desinteresada, porque Toledo es, como la madre naturaleza, nuestra madre. Amamos Toledo y no esperamos nada a cambio.

Quienes han de venir contribuirán con sus desvelos al mismo propósito, así pues, que nadie pueda decir de nosotros que no velamos.


9/11/21

 Editorial Ledoria se complace en anunciar la presentación del libro BOLO FEROZ, de Santiago Sastre, que tendrá lugar el próximo viernes, 12 de noviembre, en el castillo de San Servando (dentro del marco de la tercera edición de Mazapanoir), a las 18:30 horas. 


  UN NUEVO CASO DEL INSPECTOR AUGUSTO ALPESTO

Durante la reforma de una casa vieja en el casco de Toledo encuentran el cuerpo de Casiano Galindo, que llevaba desaparecido más de un año. Su hija encarga a A. Alpesto investigar las circunstancias de su muerte. De forma paralela protege a un importante empresario francés que llega a Toledo a cerrar unos negocios y, además, hace un seguimiento a una mujer cuyo marido sospecha que le es infiel. es una novela con mucho sentido del humor, descarnada y crítica, que engancha desde la primera página y en la que Toledo no solo es el escenario de la trama sino también un protagonista más.   

Armando Casas mete la mano con el mechero encendido y luego la cabeza, pero la saca enseguida.
-¡La hostia!
-¿Qué pasa?
-Pues que ahí hay algo muerto. ¡Jooooooder, qué asco!
-Será un perro o un gato. Hay muchos por esta zona. Espera, déjame ver a mí -Luciano Dosvelas pretende aportar una mirada propia del ceseí.
Armando Casas se aparta para que su amigo lo compruebe.
-¡Y una polla como una olla! -dice al sacar la cabeza.
-¿Qué pasa?
-Que no es un perro.
-Pues un gato.
-Tampoco.
-¿Entonces qué cojones es?
-Es un tío.
-¡No me joooooodas!
-Un tío como una catedral. Parece que está momificado. Lleva la ropa puesta y se ven manchas de sangre a la altura del pecho.
-¡Joder, ahora sí que estamos jodidos! 

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