Quienes hollamos las calles de Toledo hemos recibido de nuestros antepasados una herencia que no podemos sino admirar, aunque a veces nos abrume su grandeza. El abnegado esfuerzo de muchos dio frutos en forma de novelas, lienzos, piedras labradas, tradiciones orales…

Nuestro deber es continuar tan noble labor y no servirnos de ella sin aportar nada nuevo. También hay otra razón insoslayable: el amor, quiérese decir, el amor por Toledo. Todo aquello con lo que podamos contribuir para ensalzar el “dulce nombre de Toledo" no es más que una necesidad desinteresada, porque Toledo es, como la madre naturaleza, nuestra madre. Amamos Toledo y no esperamos nada a cambio.

Quienes han de venir contribuirán con sus desvelos al mismo propósito, así pues, que nadie pueda decir de nosotros que no velamos.


25/9/23

  El pasado sábado, 23 de septiembre, un centenar de personas asistieron al equinoccio de otoño desde el crómlech de Totanés. El círculo de piedras, construido hace más de cuatro mil años, sigue marcando con precisión el calendario de las estaciones.

   Durante la reunión, Jesús Muñoz presentó el libro EL CRÓMLECH DE TOTANÉS; Antonio Pérez-Verde el suyo, ¿POR QUÉ MIRÁBAMOS LAS ESTRILLAS. ASÍ INTERPRETABAN EL COSMOS NUESTROS ANTEPASADOS? Ángela Crespo, del grupo arqueológico Cota 667, actuó como maestra de ceremonias.

Para ver ficha del libro El crómlech de Totanés, presionar AQUÍ.