Quienes hollamos las calles de Toledo hemos recibido de nuestros antepasados una herencia que no podemos sino admirar, aunque a veces nos abrume su grandeza. El abnegado esfuerzo de muchos dio frutos en forma de novelas, lienzos, piedras labradas, tradiciones orales…

Nuestro deber es continuar tan noble labor y no servirnos de ella sin aportar nada nuevo. También hay otra razón insoslayable: el amor, quiérese decir, el amor por Toledo. Todo aquello con lo que podamos contribuir para ensalzar el “dulce nombre de Toledo" no es más que una necesidad desinteresada, porque Toledo es, como la madre naturaleza, nuestra madre. Amamos Toledo y no esperamos nada a cambio.

Quienes han de venir contribuirán con sus desvelos al mismo propósito, así pues, que nadie pueda decir de nosotros que no velamos.


24/4/20

¡HASTA LA DESESPERANZA SE CANSA UN DÍA!

Hoy quiero agradecer a mis amigos el regalo que me hicisteis ayer, Día del Libro, el santo día de la palabra.
O, flexamina atque omnia regina rerum, oratio (Oh, palabra, tú que reinas y estás por encima de todas las cosas).


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Nos vemos pronto y seguimos gritando y susurrando.