Quienes hollamos las calles de Toledo hemos recibido de nuestros antepasados una herencia que no podemos sino admirar, aunque a veces nos abrume su grandeza. El abnegado esfuerzo de muchos dio frutos en forma de novelas, lienzos, piedras labradas, tradiciones orales…

Nuestro deber es continuar tan noble labor y no servirnos de ella sin aportar nada nuevo. También hay otra razón insoslayable: el amor, quiérese decir, el amor por Toledo. Todo aquello con lo que podamos contribuir para ensalzar el “dulce nombre de Toledo" no es más que una necesidad desinteresada, porque Toledo es, como la madre naturaleza, nuestra madre. Amamos Toledo y no esperamos nada a cambio.

Quienes han de venir contribuirán con sus desvelos al mismo propósito, así pues, que nadie pueda decir de nosotros que no velamos.


14/11/19

Editorial Ledoria se complace en anunciarle la publicación del libro CICATRICES DE ESPERANZA, de Macarena Alonso, cuya presentación tendrá lugar el próximo martes, día 19 de noviembre, a las 18:00 horas, en el salón de actos de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha (Alcázar). La presentación se enmarca en el programa de actividades del Festival del cine y la palabra, CIBRA.

Actuarán como presentadores:
  • Sonia Asensio, responsable del área literaria de Cibra
  • Almudena María Puebla, poetisa
  • Mari Cruz Ávila, ilustradora
  • Macarena Alonso, autora





LA VIDA ES UN CONTINUO RENACER

   La vida es un continuo renacer, abrir y cerrar etapas, ir y venir de situaciones y experiencias de las que extraer grandes lecciones. En ocasiones, la bonanza del tiempo protagoniza el discurrir de nuestros días y en otras, las lluvias torrenciales y la fuerza del viento alteran nuestro paisaje interior.
   Las heridas forman parte indiscutible de las andanzas del ser humano, ¿quién está libre de ellas? Nunca son bien recibidas, tatúan cicatrices, pero hay que saber incorporar lo que vienen a enseñarnos.
   Cuando comencé a escribir Cicatrices de esperanza me limité a dejar que mi alma se abriera en canal y vociferará su sentir en cada poema. Permití que hablara con su lenguaje particular, el de la emoción, el más hermoso de todos los lenguajes. Abandoné las sombras y me adentré en la luz en un viaje de reconstrucción personal, para después observar también a los otros, leer en sus corazones y susurrarles desde el mío. La magia que habita en la poesía entrelaza las almas.
   A esta edad, en la que no escondo mis arrugas, ni mis contradicciones, en la que hidrato mis labios con sonrisas y maquillo mis pómulos con el rubor de nuevas ilusiones, en la que por fin he tenido el placer de conocerme, examino mis cicatrices, las acaricio con el suave roce de mis manos, leo entre sus pliegues y las honro, porque me han convertido en la mujer que soy, de la que me siento muy orgullosa, porque me han brindado y me brindan sutiles destellos de esperanza.