Quienes hollamos las calles de Toledo hemos recibido de nuestros antepasados una herencia que no podemos sino admirar, aunque a veces nos abrume su grandeza. El abnegado esfuerzo de muchos dio frutos en forma de novelas, lienzos, piedras labradas, tradiciones orales…

Nuestro deber es continuar tan noble labor y no servirnos de ella sin aportar nada nuevo. También hay otra razón insoslayable: el amor, quiérese decir, el amor por Toledo. Todo aquello con lo que podamos contribuir para ensalzar el “dulce nombre de Toledo" no es más que una necesidad desinteresada, porque Toledo es, como la madre naturaleza, nuestra madre. Amamos Toledo y no esperamos nada a cambio.

Quienes han de venir contribuirán con sus desvelos al mismo propósito, así pues, que nadie pueda decir de nosotros que no velamos.


19/6/23

 Editorial Ledoria se complace en anunciar la presentación del libro LA GUERRA CIVIL EN UN PUEBLO TOLEDANO. LOS EVACUADOS DE EL CASAR DE ESCALONA (1936-1939), de Juan Carlos Collado, que tendrá lugar el próximo jueves, 22 de junio, en el salón de actos de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha, a las 19:00 horas. 

Intervendrán: 

Jesús Muñoz, director de editorial Ledoria y

Juan Carlos Collado, autor.


     Después de examinar el periodo de la tardo-república, los primeros compases de la guerra civil, la huida en masa de la población los días 16 y 17 de septiembre de 1936, y sin pasar por alto aspectos como la primera represión o las implicaciones que provocó la ausencia de tan alto número de vecinos en el pueblo, este libro hace un seguimiento de los evacuados de El Casar de Escalona en los puntos más importantes de destino durante el tiempo que duró la contienda. La mayoría de los evacuados de El Casar, como ocurrió en el resto de pueblos septentrionales de la provincia de Toledo, ya no regresó a su localidad natal hasta el final de la conflagración.  

   Aún hoy, la mayoría de las familias de Toledo tiene algún miembro que fue evacuado o recuerda a alguien de su entorno que debió abandonar su pueblo como consecuencia de la guerra. Como dice el historiador Eduardo González Calleja en el prólogo, «el drama de los evacuados y los refugiados ha pervivido durante décadas en la memoria de los afectados, que nunca han obtenido el reconocimiento oficial del que han gozado, por ejemplo, los excombatientes. Reconstruir su éxodo teniendo en cuenta las experiencias personales de los protagonistas es una obligación moral». 

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