Quienes hollamos las calles de Toledo hemos recibido de nuestros antepasados una herencia que no podemos sino admirar, aunque a veces nos abrume su grandeza. El abnegado esfuerzo de muchos dio frutos en forma de novelas, lienzos, piedras labradas, tradiciones orales…

Nuestro deber es continuar tan noble labor y no servirnos de ella sin aportar nada nuevo. También hay otra razón insoslayable: el amor, quiérese decir, el amor por Toledo. Todo aquello con lo que podamos contribuir para ensalzar el “dulce nombre de Toledo" no es más que una necesidad desinteresada, porque Toledo es, como la madre naturaleza, nuestra madre. Amamos Toledo y no esperamos nada a cambio.

Quienes han de venir contribuirán con sus desvelos al mismo propósito, así pues, que nadie pueda decir de nosotros que no velamos.


21/2/23

   Ayer lunes, 20 de febrero, Jesús Muñoz pronunció una conferencia sobre María Pacheco, en el salón de actos de la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha, con motivo de la publicación del libro LA VIUDA DE PADILLA, de Francisco Martínez de la Rosa, con edición y estudio introductorio del propio Jesús Muñoz y Montserrat Rico Góngora.

 Para ver ficha del libro presionar AQUÍ.





   El levantamiento de gran parte de las ciudades castellanas en 1520 contra Carlos I, hijo de doña Juana y nieto de Isabel la Católica, al poco de llegar a España es conocido como las Comunidades de Castilla. Los hechos que acontecieron entonces se han mantenido en nuestro imaginario colectivo y aparecen de manera recurrente cuando se quieren expresar conceptos como libertad.
   Aquellos pioneros elaboraron la Ley Perpetua, una protoconstitución que limitaba los poderes del rey absoluto, y crearon unos héroes que se han convertido en símbolos, que, como es sabido, son el instrumento más potente que tiene el ser humano para transmitir una idea con la mayor potencia. Algunos de aquellos hombres y mujeres eran toledanos y se han convertido en personajes eternos, como Juan de Padilla o María Pacheco.
   Nosotros hemos querido escoger de entre la pléyade de obras literarias que los tienen como protagonistas a una obra de 1812, La viuda de Padilla, escrita por Francisco Martínez de la Rosa en unas circunstancias similares a las que se vivieron a principios de 1522, cuando el rescoldo de las Comunidades que se mantenía en Toledo quedó definitivamente amatado. Me refiero al bombardeo de las tropas francesas a la ciudad de Cádiz mientras se estaba redactando la primera Constitución española propiamente dicha, en la que el autor también participó. Muchos años después, en 1834, Martínez de la Rosa, Presidente del Gobierno, redactó un Estatuto Real que recuerda mucho al espíritu de la Ley Perpetua de los comuneros.