Quienes hollamos las calles de Toledo hemos recibido de nuestros antepasados una herencia que no podemos sino admirar, aunque a veces nos abrume su grandeza. El abnegado esfuerzo de muchos dio frutos en forma de novelas, lienzos, piedras labradas, tradiciones orales…

Nuestro deber es continuar tan noble labor y no servirnos de ella sin aportar nada nuevo. También hay otra razón insoslayable: el amor, quiérese decir, el amor por Toledo. Todo aquello con lo que podamos contribuir para ensalzar el “dulce nombre de Toledo" no es más que una necesidad desinteresada, porque Toledo es, como la madre naturaleza, nuestra madre. Amamos Toledo y no esperamos nada a cambio.

Quienes han de venir contribuirán con sus desvelos al mismo propósito, así pues, que nadie pueda decir de nosotros que no velamos.


24/3/20

¡HASTA LA DESESPERANZA SE CANSA UN DÍA!

TOCADOS PERO NO HUNDIDOS

Para que cuando salgamos de las cuevas y comprobemos la desolación del campo de batalla tengamos alimento para el alma seguimos trabajando.
Próximamente aparecerán las siguientes publicaciones de Ledoria:

Toledo y sus gentes en el siglo de El Greco, de Antonio Casado.
Unidades didácticas de bábminton para educación secundaria, de Pablo y Javier Avián.
Decir tu nombre, de Enrique Galindo.
Aunque tú no lo sepas, de Mercedes Alonso (ganadora del I Certamen de novela romántica Hojablanca-Ledoria).
Los nidos de antaño, de Francisco Navarro Ledesma, con itruducción de Mariano Martín.
La zapatilla por detrás, de Javier Oliva (finalista del Premio Nadal 2019).
Cuatro calles XIII
Aquellos malditos días del coronavirus, VV.AA.


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